El patriotismo se manifiesta en todos lados de un país, especialmente en los deportes. En los Estados Unidos, apoyamos a nuestros equipos nacionales con gran pasión. Sólo tienes que ver la película Miracle para entender el orgullo nacional que produjo la selección de hockey cuando vencieron a la Unión Soviética durante los Juegos Olímpicos de 1980. En ese momento se popularizó el canto “U-S-A! U-S-A!” que hoy en día puedes oír en eventos deportivos, reuniones políticas, e incluso fiestas.
Sin embargo, este nivel de apoyo y entusiasmo nunca era algo natural para la selección de fútbo. La falta de popularidad del deporte en los Estados Unidos ha sido un tema muy bien conocido. Como hemos discutido en clase, el fútbol ha llegado a ser algo más o menos “indígena” en muchos países del mundo desde su nacimiento en Inglaterra. Los fanáticos de allá, de México, de Alemania, de Nigeria, de Brasil, de España, de la Argentina, de Francia, o de un sinnúmero de otros países dirían que su gente es la más loco por el fútbol. Por supuesto, los Estados Unidos brilla por su ausencia de esta lista.
Acá se introducen los American Outlaws. En 2007, un grupo pequeño de hinchas muy dedicados a la selección decidieron organizarse para difundir su entusiasmo para el equipo y el deporte. Su sueño era formar una comunidad para unirles a los fanáticos (y a los que aún no son fanáticos) para ver los partidos juntos, en bares, en fiestas y, idealmente, vivos en los estadios. Reconocieron que no sería una tarea muy fácil, porque otros deportes como el fútbol americano y el béisbol son más populares. Por eso, decidieron llamarse “Outlaws” (básicamente “forajidos”) y abrazar su posición como revolucionarios para la causa del fútbol. Desde entonces, los Outlaws se han crecido mucho, organizando viajes al Mundial de 2010 en Sudáfrica, a él de 2014 en Brasil, y también al Mundial Femenina de 2015 en Canadá. En 2014, yo fui a un partido de la selección femenina en Cary, NC con mi amigo Shaker (foto de abajo, a la izquierda), un miembro de los Outlaws y también de esta clase.
El caso de los Outlaws es curioso cuando consideras los bases de fans de otras naciones. En los otros países mencionados arriba, un ciudadano llega a ser fanático del fútbol en el útero; no necesita aprender el amor para el deporte ni para el equipo nacional. Los Outlaws, por otra parte, tuvieron que cultivar este tipo de orgullo en sus compañeros, llevando los pañuelos rojos, azules y blancos. Obviamente, la pasión de los fans estadounidenses todavía no compite con la de otros países. Hay trabajo por hacer. Pero el éxito de los Outlaws hasta la fecha es un testimonio del poder del patriotismo. Con esfuerzo continuado, ojalá que puedan seguir creciendo en número y fuerza, y cambiar el futuro del fútbol en los Estados Unidos.
Fuentes:
https://www.theamericanoutlaws.com/about
Soy un “American Outlaw,” y estoy muy emocionado por el futuro de este deporte en el país. El fútbol es el deporte juvenil de más rápido crecimiento en Estados Unidos. En masas, los jóvenes estadounidenses se están reuniendo para jugar al fútbol. Las ligas juveniles están creando nuevos fans, y un ambio de la pasión por el hermoso juego. He visto que esto suceda en mi ciudad natal. Vengo de una ciudad pequeña, pero que está loco por el fútbol. Se ha convertido en un tema tan apasionante, que los Sounders están pensando en poner un equipo de desarrollo allí!