Por Caroline Yarborough, Emmeline Yoo, Ethan Dunn y Jesús Hidalgo
(Foto: EFE)
A Seleção. As Canarinhas. Auriverde. Verde-Amarela: son algunos apodos de la selección brasileña del fútbol femenino. Aunque la selección brasileña tienen una historia victoriosa, una reconocimiento internacional y generalmente exitosa, la historia y el presente corriente también exhiben las pruebas varias detrás del equipo femenino del fútbol brasileña y las jugadores. En América Latín, existen algunos problemas entre el fútbol y las jugadores femeninas que quieren jugarlo. Los algunos problemas incluyen los problemas sociales, los prejuicios y los estigmas contra el género femenino. Aún hoy en día, estos prejuicios existen contra las mujeres que juegan fútbol.
En sociedad brasileña, existen algunos problemas sobre un nivel alto de desigualdad social. Las desigualdades raciales viene de un legado de la esclavitud y las desigualdades de género se exhiben por las estadísticas que reclamar que las mujeres sólo ganan la mitad del salario mínimo.[1] En las casas con hombres, las mujeres en algunos casos ganan menos que la mitad.[2] En Brasil, el fútbol estimula la brecha de género.
Desde el comienzo de la tradición del fútbol en Brasil, las mujeres se fueron sujetas a la injusticia de género. Cuando los europeos trajeron el fútbol a Brasil en la mitad del siglo diecinueve, las mujeres brasileñas no son completamente excluidas de los partidos. Brasil posible tenía el fútbol femenino más antiguo organizado en América Latín.[3] Cuando Charles Miller trajó el deporte a Brasil in 1894, no era raro a ver mujeres y niñas a patear una pelota. Además, durante 1910 y 1920, algunos clubes patrocinaba los torneos por las personas que no jugaban fútbol organizado, entonces, las mujeres, los niños, y los viejos.[4] En los 1920s y los 1930s, las mujeres brasileñas empezaron a jugar fútbol organizado, especialmente en São Paolo y Rio de Janeiro.[5] Las mujeres y niñas estaban recibiendo el apoyo y el ánimo de algunos clubes y la media, con reportajes regulares que dijeron un partido de fútbol femenino “proporcionó un “festival de atractivo”, que fue “observó con gran satisfacción” por los asistentes”; entonces, en las finales de los 1930s, fútbol femenino en Brasil recibió el apoyo de las federaciones locales y regionales.[6] Pero, existió un debate sobre la seguridad de fútbol en el cuerpo femenino. Un argumento del un doctor de la educación física que publicó en la revista Educação Phyisca, sugirió que el fútbol sería beneficial a la salud de una mujer porque desarrollaba “iniciativa, solidaridad, y disciplina”.[7] Pero en el otro lado, el doctor Humberto Ballariny, una especialista en educación física, dijo que el fútbol sería causar “’daños pélvica … dañino para los órganos femeninos’ y que el deporte era ‘anti-estética’ para las niñas y las mujeres, ya que causó las mujeres a convertirse al mismo tiempo excesivamente musculoso, al mismo tiempo causando contusiones, ‘rodillas deformadas’, y un pérdida de la feminidad ‘armonía’”.[8] La opinión y artículo de Ballariny duraría hasta los 1980s, y las consecuencias sería atrofiar el desarrollo del fútbol femenino en Brasil.
En 1941, un ciudadano se llamaba Jose Fuzeira escribió una carta al Presidente Vargas que ayudó a desencadenar un ley que prohibió las mujeres brasileñas a jugar fútbol. Explicó:
“Me refiero, señor Presidente, que el movimiento entusiasta que está inspirando a cientos de niñas, que atrae a convertirse en jugadores de fútbol, sin considerar que una mujer no puede practicar este deporte violento sin afectar seriamente el equilibrio fisiológico de sus funciones orgánicas, debido a la naturaleza que dispone que ella sea una madre … Los periódicos dicen que en Río hay nada menos que diez equipos de la mujer. En São Paulo y Belo Horizonte otros se están formando. Y, con este crecimiento, dentro de un año, es probable que en todo Brasil habrá 200 clubes organizados de mujeres de futbol, o, en otras palabras, 200 centros de destruir la salud de 2.200 madres futuras, que, por otra parte, serán atrapados en un mentalidad depresiva y dado a exposiciones groseros y extravagantes … No sería de extrañar que el movimiento femenino a la que nos referimos es sólo el comienzo, ya que, con el tiempo, las hijas de Eva también se presentarán en combates de lucha libre e incluso en la “noble arte” cuya nobleza se compone de dos oponentes que golpean unos a otros hasta que cae la baba de sangre”.[9]
Este argumento le atrae al Presidente Vargas: el mantenimiento de la dominación masculina sobre el cuerpo femenino bajo la pretensión que necesitó proteger las funciones maternales. Presidente Vargas envió la carta de Fuzeira al Ministro de Educación y Salud con algunos argumentos científicos y médicos que apoyaron la redacción del artículo 54 del decreto del 14 de abril de 1941 por el Consejo Nacional de Deportes.[10] Declaró que “las mujeres no se les permitirá practicar deportes incompatibles con las condiciones de su naturaleza, y por esta razón, el Consejo Nacional del Deporte deben emitir las instrucciones necesarias a las entidades deportivas en el país.”[11] El gobierno brasileño consiguientemente estigmatizó la posición social del mujeres muy debajo de los hombres hacia el fútbol. En este sentido, el fútbol era usado como una agenda misógina que mantener la brecha de género en maneras sexistas.
Por treinta y ocho años, hasta 1979, el jugando del fútbol de las mujeres brasileñas fue ilegal. Durante este tiempo, las mujeres no podían jugar artes marciales, decatlón, pentatlón, fútbol sala o al aire libre.[12] Durante los 1970s, las relaciones del género se sometió una transformación en el mundo oeste; en Brasil específicamente, el movimiento por liberación femenina esencialmente derogó la ley que prohibió el jugando del fútbol por las mujeres.[13] Al final, las feministas vinculadas al campo de la educación física ganaron una gran victoria: el fin de la prohibición de la participación de las mujeres en el fútbol (y en otros deportes) tal como se expone en la Deliberación no.10 del Consejo Superior de Deportes.[14]
Pero, el legado que la prohibición de fútbol femenino en Brasil dejó atrás ha prevenido el crecimiento del deporte por las mujeres brasileñas. La selección femenina de Brasil ha tenido mucho éxito a nivel internacional, sin embargo, casi siempre pasa desapercibido. Su jugador superior Marta ha ganado el premio Balón de Oro en cuatro ocasiones, sin embargo, nadie parece reconocer sus méritos a nivel internacional. ¿Por qué sucede esto? Los éxitos de los equipos nacionales y de nivel de club para los hombres siempre eclipsa los éxitos de los equipos femeninos. Desde los 1980s, la reemergencia de algunos clubes femeninos en Brasil ha desarrollado en un modo paradójico. Según a Votre y Mourão, la organización y la cantidad de equipos femeninos ha aumentado, sin embargo, la presión para proporcionar recursos para la formación ha aumentado también. El fútbol en Brasil totalmente enfoca en el masculino, entonces, las mujeres brasileñas no reciben el apoyo en su patria. La organizaciones del fútbol en Brasil no pagan sus jugadoras suficientes, entonces, la mayoría de las jugadoras juegan en clubes internacionales. En Brasil, la mayoría de los jugadores de las mujeres profesionales ganan alrededor del 200 euros por mes. En los grandes clubes, los sueldos van desde 600-2,000 euros al mes. En los Estados Unidos, un sueldo típico entre los mejores jugadores es de US $ 500.000 al año cuando en Suecia, se estima que Marta ganó cerca de US $ 8.000 al mes.[15]
La jugadoras brasileñas, especialmente Marta, están tratando a arreglar las nociones sexistas sobre el fútbol femenino. Desafortunadamente, las mujeres que entran en el universo del fútbol deben ser capaces de atraer a los ojos masculinos no por su rendimiento deportivo, sino por sus atributos físicos muy específicos. La Federación de Fútbol de Sao Paulo indicó que la belleza “femenino” es un requisito fundamental para la selección de las chicas que jugarían en la competición. En palabras del presidente de la Federación Eduardo Farah, “Tenemos que tratar de combinar la imagen del fútbol y la feminidad”.[16]
En el Copa del Mundo 2015 en Canadá, la selección femenino de Brasil trataré a traer una victoria a su país en su séptima Copa del Mundo. La selección que se clasifica séptimo en el mundo, pero seguirán siendo uno de los principales contendientes por la victoria en la copa mundo.[17] Pero si sus esfuerzas serán reconocidas apropiadamente en Brasil es dudoso. (Por Emmeline Yoo)
(Marta, la líder de la canarinha, ha sido seleccionada como Mejor Jugadora del Mundo cinco veces seguidas, del 2006 al 2010)
Subtemas
Fútbol femenino vs. Fútbol masculino: el aspecto de género y más cuestiones sociales (Caroline)
[1] Knijnik, J. “Visions of Gender Justice: Untested Feasibility on the Football Fields of Brazil.” Journal of Sport & Social Issues 37.1 (2013): 8-30. Sage Publications. Web.
[2] Ibid.
[3] Nadel, Joshua H. “Left Out: Women’s Soccer.” Fútbol!: Why Soccer Matters in Latin America. Gainesville: U of Florida, 2014. 291-325. Print. 297
[4] Ibid. 297
[5] Ibid. 298
[6] Jornal dos Sports (May 1931) qtd in Ibid. 298
[7] Loyola qtd. in Ibid 299
[8] Ballariny qtd. in Ibid 300
[9] Franzini, Fábio, “Futebol é ‘coisa pra macho’? Pequeno esboço para uma história das mulheres no país do futebol.” Revista Brasileira de História. n. 50, vol. 25. São Paulo. 2005. p. 316 – 328
[10] Rial
[11] Ibid.
[12] Knijnik, Jorge (2014). Gendered Barriers to Brazilian Female Football: 20th Century Legacies. In: Jennifer Hargreaves and Eric Anderson (eds) Routledge Handbook of Sport, Gender and Sexuality
[13] Votre, Sebastião, and Ludmila Mourão. “Women’s Football in Brazil: Progress and Problems.” Soccer & Society 4.2-3 (2003): 254-67. JSTOR. Web.
[14] Rial
[15] Rial
[16] Ibid.
[17] FIFA World Rankings