Sobre Robbie Church, y la visita de Carla Overbeck y Cindy Parlow…

By | February 4, 2015

Me parecieron muy interesantes las respuestas que Cindy Parlow y Carla Overbeck ofrecieron a las dos preguntas que les hice en clase ayer. En primer lugar, les pregunté si ellas creían que el fútbol nos ofrece lecciones de vida. En segundo lugar, les pregunté si para ellas, en tanto entrenadoras y ex jugadoras, les parecía que la relación jugadora-entrenador es diferente cuando entrena un hombre o una mujer. Ambas compartían la idea de que el fútbol tiene mucho potencial para enseñarnos muchas lecciones de vida, sobre todo la idea de trabajo en equipo y disciplina, y que, mientras el entrenador o la entrenadora fuese el/la mejor, ellas no tenían ninguna preferencia por un género específico. En tal sentido, remarcaron recientes casos de árbitros y entrenadoras de baja calidad y cuyo único mérito, lamentablemente, no era su capacidad laboral sino solamente ser mujer.

Para un curso de Magazine Journalism el semestre pasado, tuve la oportunidad de escribir un perfil sobre el técnico del equipo de fútbol femenino de Duke, Robbie Church. En una de las entrevistas que le hice para el artículo, le hice la primera pregunta. Curiosamente, Church tuvo una respuesta un poco distinta. Para el entrenador de Duke, el fútbol nos enseña a levantarnos cuando perdemos. “No tenemos nada garantizado en esta vida. En el deporte, tienes planes. Tienes sueños. Pero a veces no consigues realizar esos sueños. Algunas veces te caes, y así son la vida y el mundo real. Pero, ¿cómo vas a reaccionar? ¿Vas a rendirte y deprimirte? ¿O vas a levantarte y luchar? Tienes que seguir luchando”.

Además, le pregunté a Church si él como entrenador veía una diferencia psicológica entre jugadores y jugadoras. “Uf, podrías escribir libros enteros sobre la diferencia entre entrenar a chicos y a chicas. Si uno habla en un tono impersonal-‘Tienen que hacer esto o esto’-las mujeres tienden a culparse a sí mismas y piensan que se les está hablando directamente a cada una de ellas. Por ello, tienes que hablarles y explicarles todo con un tono positivo. En cambio, con los hombres, si uno habla con un tono negativo-“No están haciendo esto; no están haciendo esto otro”-, los chicos no creen que es su culpa individualmente sino que es la de otro compañero”.

06 robbie(Jesús Hidalgo)

PS. Cuando Carla Overbeck hablaba sobre lo emocionante que era ver 90,000 personas alentando al equipo estadounidense s en la final de la Copa Mundial de 1999 contra China, me hizo recordar las primeras páginas de In a League of Their Own, de Gail J. Newsham. Sobre todo cuando la autora británica relata los primeros años de las Dick, Kerr Ladies y los primeros partidos durante la Primera Guerra Mundial cuando el equipo femenino inglés congregaba a 10,000 personas (1917) o en el juego contra el Newcastle United Ladies en septiembre de 1919, al cual asistieron 35,000 personas.

2 thoughts on “Sobre Robbie Church, y la visita de Carla Overbeck y Cindy Parlow…

  1. Jesús Post author

    ¡Hola Margaret!
    Muchas gracias por tu comentario.
    Me parece muy interesante y acertada la distinción que haces entre atletas-estudiantes y atletas profesionales.
    Cuando entrevisté a Robbie Church, él parecía creer que todas sus jugadoras debían tener la misma pasión que él siente por el fútbol. Sin embargo, como Carla mencionó, aunque las atletas estudiantes aman el fútbol, no todas quieren que toda su vida esté dedicada al deporte. En cambio, una jugadora profesional sabe que el fútbol es el centro de su vida no solamente como pasión sino como profesión también y, por ello, no le importa quién la entrene si es un buen/a entrenador/a.

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  2. Margaret R

    Hola Jesús, ¡qué suerte que les has preguntado las mismas preguntas a los distintos entrenadores! Parece inconsistente que las mujeres negaron la diferencia entre entrenador y entrenadora mientras que Church describe una diferencia entre entrenar a chicos y chicas. Sin embargo, puedo relacionar mucho con lo que dijo Church. En la escuela secundaria, yo jugaba el baloncesto y softball, y cada vez que nuestros entrenadores nos criticaron, interpreté los comentarios en una manera muy personal. Sin embargo, mis equipos eran muchos menos competitivos que los equipos de Duke donde trabaja Church ahora. Además, imagino que los equipos universitarios son menos competitivos que los equipos profesionales. (Carla mencionó que una vez había una jugadora de Duke que nunca jugaba con el rigor que Carla quería, y el otro entrenador le explicó que la atleta nunca quería jugar a un nivel más difícil.) Entonces, quizás se puede explicar las respuestas de Cindy y Carla con respeto a sus niveles superiores de jugar. A las atletas profesionales no les importan mucho el tono del entrenador; sólo querían tener los entrenadores con las calificaciones más altas.

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