Fue el empiezo de mi segunda semana en España y todavía no me había sentido cómodo en Madrid. Sin embargo, viajamos a Andalucía. Todavía estaba aprendiendo la idea de tapas, el concepto de comer la comida (el almuerzo) a las 2:30 y la cena a las 10 y el ambiente relajado de disfrutar de un restaurante por 3 horas con copas, cañas y tapas. Realmente, Andalucía sería la primera vez en que podía ver la vida nocturna gastronómica.
En cuanto llegamos a Sevilla nos fuimos a La Azotea para mi primera experiencia de tapas y estábamos totalmente confundidos. ¿Cuál es la diferencia entre tapas, raciones y platos? ¿Cuánta comida debemos pedir? ¿Sería caro? Sin embargo, con la ayuda de nuestro camarero, recibimos alguna de la mejor comida que he probado en España. Probamos saquitos brick de langostinos, bolas de camarones fritos, navajas en aceite y ajo, jamón ibérico y mejilla de res estofada.
De izquierda a la derecha, de arriba abajo: bolas de camarones fritos, mejilla de res estofada, navajas en aceite y ajo, jamón ibérico
En concreto, Andalucía tiene fama por su jerez, mariscos fritos y gazpacho. Principalmente asistiríamos a una cata del jerez. La empresa de Osborne es muy conocida en toda España por su marca icónica de un toro. La elaboración de jerez auténtico está en Jerez, Andalucía. Jerez es un vino fortificado que podría ser muy seco, como Fino, o muy dulce, como Pedro Ximénez. Probamos el Fino, la Santa María Cream, que es una mezcla de jerez seco y Pedro Ximénez, y brandy de jerez, un licor hecho de la destilación de jerez. El Fino fue perfecto para mí, un seco, vino ligero que sería perfecto con el marisco. La Cream fue demasiado dulce, pero funcionaria como un vino perfecto de postre. Por último, el brandy tuvo un sabor de miel.
De la izquierda a la derecha: El Toro de Osborne, El Fino, La Santa María Cream
Todavía no habíamos terminado el día. Para seguir, la comida incluyó con un festín de Cádiz. Para empezar, tomamos platos de jamón, gambas y queso. Después nos sirvieron la especialidad de Cádiz: los mariscos fritos. Había pescado, calamares y las famosas tortillitas de camarones. No pudimos comer más cuando llegaron los platos principales, pero a pesar de ello, estaban deliciosos. Me arrepentía que no comí menos de los aperitivos para dejar espacio para la carne de res estofada, las gambas con pescado y el arroz negro. No me hables del postre porque eran maravillosos, aunque no lo pudimos comer mucho.
Postres, arroz negro y carne de res estofada
Para continuar, el día siguiente probé por primera vez el salmorejo al lado de un mercado de mariscos frescos. Fue amor a primera vista. Salmorejo es como gazpacho, pero debido a la elaboración con menos agua, posee un sabor más fuerte y una textura más espesa. Además, se presenta con jamón serrano y pan y a veces con huevos duros. Esto no sería mi única vez que comí el salmorejo porque se convirtió en mi plato habitual del resto del viaje.
El mercado de mariscos, paella, ensalada de mariscos y mi primero salmorejo
Nuestro viaje gastronómico continuaba por los días siguientes y nos trajo por Cádiz y Tarifa. Cada vez fue la misma cuenta: tapas y platos de mariscos como bacalao, atún, calamar, gambas, anchoas, pulpo y más. No se olvide del salmorejo que siempre aparecía por cada mesa. Incluso platos que típicamente no llevan marisco ahora lo tenían. Tortilla de patatas, huevos rotos y ensaladas siempre tenían los mariscos.
Calamares fritos, platos de pescado y huevos rotos con mariscos
Finalmente, estaba triste para terminar nuestra aventura Andaluz con tapas y mariscos sin parar. Aun así, tarde o temprano necesitaba volver a mi ciudad de casa de Madrid para descubrir el magnificente mundo de gastronomía aquí.
-Allan Chen
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