Corrupción de la FIFA: Una Guía Global

Escrito por Jair Oballe

Introducción

Bienvenidos al guía que nunca pensaste que necesitabas. Con el comienzo de otro mundial viene lo inevitable: corrupción y escándalo. Estos temas rodean la FIFA más que la pelota usada durante los partidos. Aunque la existencia de injusticia con estos mundiales no es nada nuevo, pocos conocen su alcance. Año por año, investigaciones han revelado problemas críticos con la construcción de estadios, una falta de infraestructura, el movimiento de poblaciones marginadas, y más esbozos que este documento puede cubrir. De las playas de samba en Brasil hasta las montañas coronadas de nieve en Rusia, la proliferación de injusticia no conoce su fin. Sin embargo, el deporte más bello del mundo sigue, un espectáculo tan prominente que cubre noticias negativas, dejando no solo la gloria de victoria, pero la tristeza de deuda en su secuela. No quiero decir que no asistas estos partidos, no. Sería un hipócrita, ya tengo mis apuestas prontos entre mis amigos. Solo pido que leas estas noticias, y que disfrutes el deporte con un gránulo de sal- muchas cosas ocurren en las sombras de los estadios.

 

Sudáfrica

Donde más deberíamos comenzar es el continente de África. Aunque el mundial se siente como siglos atrás, sus memorias todavía permanecen en nuestras memorias como esa canción de Shakira que nunca nos pudimos sacar de la cabeza. Era un tiempo de gran emoción; desde el comienzo del mundial en Uruguay en 1930, el evento más popular en todo el mundo nunca había llegado a las costas de África, y las ciudades portuarias de todos nuestros libros de historia no era un mal lugar para comenzar. En el Reporte de FIFA, ministro de deporte y recreación Señor Fikile Mbalula comentó lo siguiente: “[Quería] exhibir un evento Africano, uno que pueda despertar confianza y prosperidad en todo el continente y augurar un nuevo siglo de crecimiento y desarrollo en África al permitirle cambiar resueltamente la corriente de siglos de pobreza y conflicto.” Por eso, el gobierno Sudafricano comprometió $30 billones para estadios, transporte, comunicaciones, entrenamiento, e infraestructura, combatiendo su era de división con el fútbol, negando el deporte a áreas desamparadas bajo el sistema de apartheid.

En la secuela del mundial, es difícil decir si esa meta fue realizada. Al final del verano, los dólares fueron contados para ver cuánto el país había ganado desde este gran proyecto. Me imagino que alguien se desmayó. $388 millones fue que el gobierno había ganado, por un verano que le costó $3.6 billones. El país estimaba doble las ganancias como lo mínimo, pero sus estimados de asistencia también fueron decepcionantes, cayendo más de cien mil debajo la meta. Un estudio por compañía de auditoría KPMG notó que de sus cien clientes más grandes en Sudáfrica, sólo 22 por ciento, incluyendo compañías multinacionales, habían beneficiado económicamente a causa del mundial. John Saker, un oficial de las oficinas de KPMG en África, notó que el país continuará beneficiado de comentarios boca a boca por muchos años que vienen (Neate, The Telegraph).

Brasil

Aunque la corrupción entre empresas y políticos no es nada nuevo por Brasil, las negociaciones detrás de puertas cerradas bajo “Operacão Lava Jato” ha creado un nuevo precedente en alcance, involucrando empresarios y presidentes en múltiples países de América Latina. Debajo juez Sergio Moro, hemos visto un lavado de casi diez billones de dólares por actores inmensos y una serie de empresas falsas, paraísos fiscales, y contratos de importe ficticios. En negociaciones secretas, el proceso de ofertas que decide la empresa que construirá fue circunvalado por completo; en intercambio, dinero público governal dedicado a los proyectos regresa directamente a los bolsillos de los políticos que colaboraron (UOL). Según un proceso bajo la Corte Suprema, comenzando con Petrobras, empresarios fueron acusados can cargas de soborno, y debajo el proceso de “colaboración recompensado,” las telas de involucración fueron desenrolladas. (Gallas, BBC).

Este contexto es crítico mencionar, por unas de las empresas más arraigadas en todo esto es el Odebrecht, empresa de construcción en cargo de los estadios del mundial de 2014 y olimpiada de 2016. En una serie de proyectos en Amazonas, São Paulo, Brasília, y Rio de Janeiro, Odebrecht ha subido un costo de construcción de 700 millones de reas a 1 billón, involucrando casi todos los partidos públicos en la nación por el soborno de políticos. Aunque presidente Marcelo Odebrecht, entre muchos otros, ha ido preso a resulta de la investigación, los efectos de estas acciones no han resuelto (Autor desconocido, BBC).

Comenzamos con el estadio de Amazona. Este proyecto ha resultado en deforestación en masa a la área rodeando el estadio, y tres trabajadores han muerto durante el proceso (Newcomb, abc news). Y después viene los impuestos. Materiales especiales han sido que ser importadas desde Portugal; pinturas que no se blanquean por el sol que mantienen las sillas amarillo y naranja, y un trabajo de soldadura que precisa múltiples pases por cada conexión de acera, no sea que se falle debido a corrosión por la humedad. Hasta ríos han sido desaguados. El proyecto ha subido más de cien millones reas en costos, y está atrasado cuatro meses (Borden, NY Times). Después viene la cuestión más importante: ¿por qué aquí? Los impactos ecológicos son obvios, y por una ciudad accesible por solo barco y avión, los costos en relación a importación deberían ser aparentes. Pero después que estos eventos mundiales acaben, ¿qué sucederá con el estadio de Amazonas? Los equipos regionales no pueden competir a nivel alto, clasificando en la cuarta liga al nivel nacional. Sus juegos atraen mil aficionados de media. Cómo podrán utilizar un estadio hecho para 42 mil, con los impuestos de agua y energía exorbitantes para un equipo pequeño?

Después hay los fracasos enormes que hemos visto en Río de Janeiro. Por las construcciones de estadios, más de 30 mil personas han sido evacuados de sus tierras, una gran porción de los millones de ciudadanos brasileños evacuando en doce ciudades. Organizaciones por la ciudad de Río entero han hecho unas cuantas quejas. El Recreio dos Bandeirantes han hecho denuncias al Comitê Popular Rio Copa por no utilizar noventa por ciento de su tierra. En comunidades rodeando las tierras, servicios públicos se han cortado. Colección de basura, energía eléctrica, agua tratada, y gasolina no llega a poblaciones marcadas como los más vulnerables en la sociedad por su estatus bajo económico (de Souza). Un reportero de las Naciones Unidas, Raquel Rolnik, comenta que “familias recibieron noticias de dejar sus casas con sus pertenencias e inmediatamente sus casas fueron destruidas. Los planes de asistencia no son presentados en advance o revelados al público.” Además, las compensaciones por casas y territorial han sido inexistente, y áreas de mudanza son distantes e incompletas. Esta expulsión sistemática ha apuntado otra población marginalizada también incluye indigentes, que han sido marcados como molestia por ocupar las calles donde pasarán turistas. En un “Choque de ordem” por la Policía Militar, los objetos personales de indignantes han sido colectados, y calles donde duermen son mojadas con agua fría para desviar otra noche.

Hasta el capital de Brasilia no se puede escapar de los zarcillos de la corrupción. El estadio en Brasilia se triplicó a $900m. El estadio está fundado por del Distrito Federal, así que cada centavo viene de contribuyentes ciudadanos. Los impuestos se relacionan al tamaño; este proyecto lo ha convertido en el segundo estadio más caro en el mundo, aunque la ciudad no tenga un equipo profesional. O capaz, es posible que las compañías de construcción son culpables de sobreprecio hasta el punto de insanidad. Aquí en Brasilia, el consorcio está formado por Andrade Gutierrez, un conglomerado de construcción, y Via Engenharia, una empresa de ingeniería. Juntos, han cargado el gobierno $1.5 millones por el transporte de tribunos, un coste originalmente estimado a $4.7 mil dólares. Más que eso, al Andrade Gutierrez ha reportado la pérdida de doce por ciento de su acera a resulta de mala práctica en sus cortes, cuando solo había perdido 5 por ciento de su acera en la construcción del estadio en Manaus. Pero con más de $37 millones de contribuciones y donaciones políticas a los gobiernos locales supervisando estos proyectos, es fácil deducir las razones por la cual sus cumplimientos desempeñados no han resultado en más controversia (Autor desconocido, Aljazeera).

 

Rusia

Finalmente, terminamos con Rusia. Con un ojo al futuro, no podemos olvidarnos de Brasil y sus resultados catastróficos. En muchos sentidos, el país de carnaval nos proporciona con un caso de estudio fantástico para predecir las barreras inevitables que lRusia enfrentará este verano. Los dos países tienen unas cuantas similitudes en su infraestructura que han dejado el resto del mundo con un ojo crítico, preguntado a Rusia: ¿No han aprendido de Brasil? Pues, en el primer juego del mundial Brasileño, la nación adorada jugaba contra Croacia con un público incompleto. Aunque proyetos habían comenzado años antes de los juegos, una sección de la tribuna no había pasado la inspección. Con eso en mente, ¿qué ocurrirá con el Estadio Kirov en San Petersburgo, aumentando más de $1.5 billón desde 2006? Y no es solo los estadios. Como Brasil, la Rusia es simplemente enorme. Más de mil quinientos millas separan diferentes ciudades anfitrionas, alcanzando el mar báltico en Kaliningrad hasta el borde de Asia en Yakaterinburg. Los servicios y opciones conectando las ciudades son rudimentarios, proyectos anticuados de otra época- sus dataciones del tiempo cuando la nación era la Unión Soviética.

El país ha prometido proyectos para arreglarlos, pero muchos de ellos no han comenzaron. Autopistas, vías férreas, y aeropuertos no están preparados para el influjo de personas, en la misma manera que no estaban preparadas para los juegos olímpicos de Sochi en 2014. Y considerando que los juegos costaron 50 billón, el cuádruple del presupuesto inicial, es difícil como dinero gubernal puede fundar una reparación total de su infraestructura. Con el proyecto olímpico, las promesas de dineros privados para cubrir y subvencionar los subestimados enormes no llegaron, y cayó en el estado y la ciudadanía para cubrirla. También hemos visto que no podemos tener mucha confianza en esfuerzos gobernantes. Para Sochi, crearon Olimpstroi, un actor empresario que actuaba como una organización paraguas para otras empresas involucradas en la construcción de instalaciones para los juegos. La empresa recibió el poder de fondos y recursos ilimitadas, resultando en la malversación de fondos gobernantes más grande desde la caída de la Unión Soviética (Veth, Futbolgrad).

Hace poco, reporteros de Human Rights Watch, una organización de informes, comenzó  un proyecto de investigaciones para hacer a la nación de Rusia responsable por sus injusticias rodeando la copa mundial, después de varias quejas con los juegos olímpicos en Sochi. El reporte, titulado “Red Card” (Tarjeta Roja), viene a buen momento. Por primera vez, FIFA se ha asociado con el gobierno Ruso creando un programa que monitorea condiciones de trabajo. Según este programa innovador, desde el medio de 2016 hasta junio de 2017, cincuenta y ocho visitas han ocurrido. Human Rights Watch pidió a FIFA detalles sobre la metodología, frecuencia, y otros aspectos técnicos del programa de monitoreo. ¿La respuesta? Han tenido reducciones en “inconsistencias y inconformidades.” No había más información cubriendo los resultados del monitoreo, o si las violaciones habían sido arregladas y los resultados de esas acciones (Autor Desconocido, HRW). Gracias al unión de trabajo “Building and Woodworkers International,” ya sabemos que veinte trabajadores han morido en los sitios de estadios; los que siguen muchas veces trabajan sin pago o contrato, bajo condiciones precarias e inseguras (Worden, HRW). Los reporteros decidieron visitar los sitios en persona. Durante visitas al estadio en San Petersburgo, números trabajadores declinaron entrevistas o pidieron el anonimato por miedo de despido y deportación por discutir problemas en sus sitios de trabajo. En el Abril de 2017, policía rusa detuvieron uno de sus consultantes cuando quiso hablar con trabajadores afuera el estadio Volgograd. Lo detuvieron por tres horas en una estación de policía, acusándolo de interrumpiendo el mundial y que tenían información sobre su involucramiento en actos criminosos. Comparado a Igor Rudnikov, el reportero tuvo suerte (Autor Desconocido, HRW).

La policía rusa detuvieron el reportero Igor Rudnikov con cargos de extorsión. El es el editor y dueño de el jornal Naive Kolyosa (Nuevas Ruedas), que ha publicado unos cuantos artículos investigando instancias de corrupción por oficiales conectado a la construcción de estadios para el mundial. La policía lo detuvo en frente de la casa, donde una pelea resultó en una herida de su cabeza y un brazo roto. Le pusieron esposas y lo llevaron a la oficina central, donde interrogaciones siguieron hasta que se desmayó resultado de sus heridas. Después de una visita breve al hospital, la policía lo llevaron a casa de nuevo, donde comenzaron una búsqueda por más información perteneciendo a su cargo de extorsión (Buchanan, HRW). Harlem Désir, representante de libertad y media para el OSCE, comentó que hay muchas razones para deducir que la detención de Rudnikov fue relacionado con su trabajo como reportero, y las publicaciones relacionadas a las investigaciones de corrupción. “Se precisa garantizar que su seguridad y libertades fundamentales no sean violadas, investigar alegatos de violencia contra él, y dejando el periódico continuar su trabajo sin interferencia indebida,” comentó Désir (Valetta, OSCE).