This week we went to Manuel Antonio and had a very nice beach vacation. The first day, we just hung out on the beach all day and decompressed. The beach was full of people and vendors selling merchandise and occasionally offering drugs. Don’t worry, I said no every time. The next day we went to Manuel Antonio park and spent most of the day there chilling on the beach with the different animals. We saw lots of monkeys, crabs, butterflies, and different insects. We actually almost got our backpacks stolen by raccoons because they thought we had food. I had to throw a stick at them. I felt bad. We also saw a sloth slowly crawling on a rope to another tree. This was by far the coolest thing because I wanted to see a sloth before I left Costa Rica.
I am sad to leave Costa Rica because I have had so much fun here but I am ready to resume my life back at home. Maybe I will come visit in the future. I will also try to keep my Spanish in good condition for next time. Chao!
Of all the weekend trips, Manuel Antonio was probably my favorite. Beautiful beaches and lots of nature made it clear why the town is the most popular tourist location in the country, and I appreciated the chance to spend one last weekend with the amazing people in this program.
Missing the bus on Friday morning was not the ideal start to the trip, but in reality, the only negative consequences were two hours of waiting for the next bus and missing lunch that day – not a big deal by any stretch. The most painful part was seeing the bus pull away as soon as we arrived at the station and finding out later that we could have caught it in a taxi. Oh well. Pura vida.
Upon arrival, we dropped our things off at the hotel and proceeded immediately to Manuel Antonio National Park with our awaiting amigos. A beautiful view of the sea and a peaceful beach enchanted us, and we happened across more wildlife in the mere two and a half hours we spent before closing time than in many of the previous weekends combined. Swimming, sunsets, rafting, one of the best hamburgers I have ever eaten, and lots of hilarious games (played until 4:00 in the morning) kept me smiling for the rest of the fantastic weekend.
As much as I can’t wait to hang with my high school friends when I go home, I’m not looking forward to leaving my classmates here. I hope we’ll still know each other in the months and years ahead. Hasta luego. TF
This week was another fantastic week and ended with our final weekend excursion.
We went out to several restaurants in San Jose during the week, and we went bowling again Tuesday night. Wednesday’s field trip was definitely the most bizarre part of our week. We went to a normal-looking factory that apparently won an award for best architectural building in Costa Rica. The factory hired actors to play out the process behind creating, implementing, and using the factory. However, I think all of us were very confused by what the actors were saying and who they were trying to be.
On Friday morning, most of us left for Manuel Antonio (@Quinton @Trevor). We went to the National Park on Friday afternoon and saw monkeys, sloths, tucans, crabs, and a deer. We then hung out at the beach in Manuel Antonio as the sun set over the water. We played games to end Friday night and went to bed relatively early.
On Saturday morning, we went rafting on the Savegre River. The rapids were a little calmer than I expected but still very entertaining. Luckily, nobody fell off the raft even as we did 360s and other tricks through the rapids.
Later in the day, we got to see another spectacular sunset on the beach in Manuel Antonio. And, you guessed it…of course we had to end our final trip with a game night. We played a variety of games, and I got to spend some quality time with my new amigos here in Costa Rica!
Este fin de semana pasado, mi novia, Emilia Grzesiak, y yo fuimos a Quepos, Costa Rica juntos. Salimos de San José el jueves, dos de agosto. Salimos ese dia porque el dos de agosto era el dia de la Virgen de los Ángeles, y nosotros pensamos que no habría mucho tráfico porque toda la gente estaría en la Catedral. Fui a la escuela el jueves y aprendí mucho sobre las transformaciones de Fourier y las transformaciones de Laplace, pero Emilia y yo salimos de la clase de ingeniería biomédica muy temprano para poder llegar a la parada de autobús.
Yo tenía mucho miedo de perder el autobús, y le pregunté a mucha gente sobre la localización del autobús. Finalmente, el bus llegó y nosotros subimos. Nos sentamos en las sillas número nueve y diez, y nos preparamos para un viaje muy largo. Después de una hora, estaba muy aburrido. Completé todos los videojuegos en mi celular y no tenía sueño, entonces bromeé con Emilia durante el viaje. Llegamos a Quepos y tomamos un taxi a un restaurante que se llamaba El Lagarto. Conocimos a la señora que tenía el Airbnb, pero encontramos que el airbnb era parte del restaurante.
Mi cuarto era muy limpio con una toalla doblada en la forma de un cisne. Me duchè a las diez de la noche y me acostè a las diez y media. El próximo día,viernes, me levantè muy tarde, a las nueve de la mañana. Me cepillè los dientes, me vestí, y encontrè Emilia afuera del Lagarto para desayunar. Fuimos a un restaurante en Quepos muy barato y pedí huevos rancheros. Emilia pidió tostadas francesas. Yo pensaba que los huevos rancheros estaban más ricos que las tostadas francesas, pero ella no estaba de acuerdo. Después del desayuno nos fuimos en bus a la playa de Manuel Antonio. Cuando salimos del autobús, vimos una playa gratis y pensamos que la playa era la playa de Manuel Antonio. Encontramos más tarde que la playa gratis es la playa Espadilla. Esta playa era muy bonita, con arena morena, pero la arena era un poco dura. Es más, no había muchos árboles para dar sombra, pero el agua se veía muy bonita. Primero, empezamos a tomar sol. Hizo mucho calor después de quince minutos,y colgué una hamaca cerca de unos árboles para refrescarnos. Nos quedamos en la hamaca por una hora y regresamos a El Lagarto para estudiar ingeniería de biomédica porque hay un examen el once de agosto. A las cinco y media de la tarde, nos fuimos a Quepos para cenar. Caminamos a través de todo Quepos para buscar un lugar con comida barata y rica. Visitamos a muchos restaurantes, y fuimos a una soda con calificaciones muy buenas. Pedimos ceviche, los calamares fritos, y fajitas. Toda la comida era riquísima! Después de la cena, caminamos por un bar para probar un mojito. Llegamos a El Lagarto a las ocho y media, y yo fui a cepillarme los dientes y dormirme inmediatamente para prepararme para el próximo día. El sábado, me levanté para ir muy temprano a la playa. Me encontré con Emilia en Emilio’s Café y desayunamos juntos. Después del desayuno, nosotros no podíamos encontrar la entrada del Parque Nacional de Costa Rica y gastamos mucho tiempo buscando la entrada. Cuando encontramos la entrada, vimos que el precio para entrar el Parque Nacional era más caro para los extranjeros que los ciudadanos de Costa Rica. Cuesta diez y seis dólares por un extranjero y mil dos cientos cincuenta por ciudadanos. Probè ser un ciudadano de Costa Rica pero no había dar identificación que soy un ciudadano de Costa Rica. Pagè diez y seis dólares y entre el parque con Emilia. Vimos y tomamos muchas fotografías de los perezosos, las iguanas, los lagartos, los cangrejos, y los monos. Pienso que los monos son los mejores animales para ver de todos los animales porque no hay nada de este animal en el estados unidos. También, los monos tenían la más energía de todos los animales que vi, y me gusta animales que son activos. Es más, los monos eran cómicos porque robaban todas las cosas a las personas en la playa. Cuando llegamos a la playa, tomamos mucho sol y jugamos en el agua. Nosotros relajamos por dos horas y salió para estudiar. A las cinco y media de la tarde, comemos al restaurante El Lagarto para celebrar mi cumpleaños. Comí bistec y Emilia comió pescado. Los dos eran riquísimos. Después de la cena hizo la tarea de ingeniería de biomédica y empacó para volver a San José. Nos levantamos muy temprano, a las seis y media de la mañana, para llegar a la parada de autobús. El viaje en autobús a San José fue más bueno que el viaje en autobús a Quepos porque tenía mucho sueño y tomè una siesta durante el viaje. Cuando llegué, hice toda a mi tarea de español y ingenieria biomedica!
¡La última semana! Yo puedo creerlo. Parece que solo fue la semana pasada que me mudé a mi casa tica. Este viaje ha sido una gran experiencia para mí. Me forzó a salir de mi zona de confort y yo estoy más segura de sí misma ahora. Mi parte favorita de esta experiencia fue sin duda los viajes durante los fines de semana. Todos los lugares—Montezuma, Arrenal, Irazú, Monteverde—eran hermosos. Las playas, las montañas, las selvas—yo puedo creer que todas están en un país! Y además fue bueno para mí para viajar sin planes. Me forzaba a disfrutar cada momento y creía momentos espontáneos y memorias que nunca voy a olvidar. Y por supuesto, me he encantado explorar las cafeterías diferentes alrededores San José. Sin duda Costa Rica tiene el mejor café. Te voy a extrañar, Costa Rica, pero yo volveré!
Fuimos a Manuel Antonio. No sabemos por qué, pero nosotros no podíamos dejar de decir Manuel San Antonio. Este viaje no tenía una falta de excitación. Primero, a las siete menos diez de la mañana el viernes, dies minutos antes de salir el autobús, solamente teníamos seis de las trece personas en la estación. En los últimos minutos, como una escena de la Amazing Race, llegaron casi todos. Pero salimos y todavía faltamos dos personas. Yo estaba mirando al estación cuando vi los últimos dos salieron de un Uber. Yo grité para parar el autobús, pero el conductor dijo que no podía. Entonces, ellos tomaron el autobús siguiente. Después de tres horas, mas o menos, llegamos en Quepos, y tomamos el segundo autobús al Hotel. Dejamos las cosas en el hotel y caminamos a la playa y parque nacional. Después de comer, entramos el parque nacional para ver la riqueza natural. No sabíamos que cuesta $16 para entrar el parque, y no estábamos muy feliz de eso. Mientras caminábamos en el parque, Quinton y yo tratábamos a poner un precio en todas los cosas que hicimos y vimos. Por ejemplo, un punto de mirado valoró tres dólares, la playa y mar cinco, y el tiempo que cerró cuatro negativo. Pero, cuando estábamos saliendo, todo valió la pena porque vimos algunos perezosos estando muy perezoso. Regresamos a la playa de Manuel Antonio. Esperábamos el atardecer cuando algunos olas mojaron todas de nuestras cosas. Entonces, regresamos al hotel. El sábado, hacemos el rafting en el Río Savegre. Era un poco más suave que quería, pero nos divertimos muchísimo. Entonces, regresamos a Manuel Antonio y fuimos a la playa otra vez. Este día, tuvimos la paciencia y el saber de no mojar nuestras cosas para ver el atardecer. Después, tuvimos una de las noches más divertidos que había tenido aquí. No hicimos algo muy especial, pero jugamos algunos juegos de fiesta en el hotel hasta las dos de la mañana. Después, algunas personas y yo quedamos despierto hasta las cuatro, hablando de nada. Al final, regresamos a San Jose para empezar nuestra última semana.
I spent my free weekend here at Manuel Antonio. It was really gorgeous and I’m not surprised that it is the most visited place in Costa Rica. I have so many great pictures of the beach, of sunsets, and of the monkeys on the beach!
On Friday I went to the free beach by the national park and enjoyed being lazy on the sand. (I wore a lot of sunscreen because I was very afraid of getting a sunburn at a place near the equator, but thankfully I am burn free!) There I discovered that chocolate is not the best beach snack (it got everywhere and the bees were chasing us), but I also discovered that hammocking off palm trees in the shade is the best way to relax.
On Saturday I went to the actual Manuel Antonio National Park. It was really funny to see all of the fake park rangers outside of the entrance trying to scam tourists; there was a lot of them! The park itself was of course very nice. I saw not one but TWO sloths (!!!), at least 20 monkeys, and a lot of cute little red crabs in the park. The ocean was pretty calm as well so it was fun to swim in.
Coming back to San Jose was hard! 10/10 would do again. Please send me back ASAP.
La alarma me despertó a las cinco y media en la mañana, y no quería levantarme. Pero, me levanté y me preparé para nuestra excursión a Manuel Antonio. A las seis y cuarto, Justin y yo sacamos un Uber a la terminal de autobuses. Cuando llegamos, no había mucha gente allí; solamente dos de mis compañeros. Lentamente, más personas llegaron, pero cinco minutos antes de salir, la mitad de nuestro grupo no había llegado. Por eso, hablamos con el conductor para esperar por más gente, pero él quería salir a tiempo. Cinco estudiantes llegaron en los próximos dos minutos, incluyendo uno que llegó cuando el bus estaba saliendo del terminal. Pero, dos estudiantes perdieron el autobús y tuvieron que sacar un otro. Con este fracaso, empezamos nuestro viaje.
One of the few times I was awake during our bus ride. This shot was taken by the River Tarcoles in Alajuela along Ruta 27. One of the main distractions from getting good rest on the road in Costa Rica was potentially missing out on stunning scenery such as this.
Dormí mucho durante el viaje, pero estaba despierto cuando pasamos el pueblo de Jaco y Playa Hermosa, que había visitado durante mi primera vez en Costa Rica. Llegamos al pueblo de Quepos a las diez y media. La mayoría de nuestro grupo tomó un autobús a su casa, pero yo esperé por mi amigo, Jack, para ir juntos a nuestro hotel en el pueblo de Manuel Antonio. Sacamos un taxi y llegamos a nuestro hotel, La Flor Blanca.
Late afternoon on Playa Espadilla. Around this time, surfers began to flock to the beach as the tide shifted from low to high.
Dejamos nuestras cosas en el hotel, nos vestimos, y fuimos a la Playa Espadilla. Caminamos un poco para reunirnos con el resto del grupo. Nos encontramos en un restaurante cerca de la playa. Allí comí quesadillas de pollo y bebí una piña colada. Después del almuerzo, un grupo fue al Parque Nacional Manuel Antonio mientras mi grupo quedó en la playa. Troqué con un alquilador de sillas y bajé el precio que tuvimos que pagar. Pasamos tres horas en la playa y nos descansamos y fuimos en el mar. Cuando el otro grupo regresó del parque, nos reunimos y nadamos en el mar otra vez. Cuando estábamos nadando, de repente, una olla mojó toda de nuestras cosas. Por eso, recogimos las toallas mojadas y nos regresamos al hotel. Después de ducharme, fuimos a un restaurante mexicano y comí un burrito delicioso. Después, empezamos a encontrar nuestros amigos y esperamos por un autobús. Veinte minutos habían pasado cuando decidimos dejar de esperar por el autobús y sacamos un taxi a su hotel. Pero, durante el viaje, ellos nos dijeron que todavía estaban comiendo, y por eso caminamos desde su hotel al restaurante en el centro de Manuel Antonio. Durante el camino, un autobús nos pasó, por supuesto. Finalmente, nos encontramos y regresamos a su hotel para jugar juegos de cartas. Cerca de las diez en la noche, nos despedimos y mi grupo y yo nos regresamos al hotel para descansarnos y dormirnos.
One of the boardwalks connecting the beaches and attractions of Parque Nacional Manuel Antonio. This shot in particular, meandering through low-lying coastal wetlands, kind of reminded me of home.
El próximo día empezó más tarde. Nos despertamos a las ocho y desayunamos. Tuvimos que comprar nuestros billetes para regresar a San José el domingo, y por eso fuimos a Quepos para comprar los billetes. Los compremos y tomamos el autobús para ir al Parque Nacional. Salimos del autobús en Playa Espadilla y caminamos hacia el Parque. Antes de llegar al parque, Jack y yo compramos bolsas de papas, pero estaban prohibido en el Parque. Por eso, tuvimos que comerlas rápido antes de entrar. Durante nuestra visita, caminamos por los senderos, nos disfrutamos el mar, y vimos los animales (como monos, iguanas, y otros). Estábamos saliendo del Parque cuando empezó a llover, y huimos de la lluvia a una soda, donde almorzamos. Cuando la lluvia cesó, nos regresamos al hotel para descansarnos. Luego, cenamos en un restaurante de falafel y nos encontramos con el otro grupo en un restaurante con los restos de un avión viejo. Después de pasar tiempo con amigos, estábamos esperando por un taxi cuando el recepcionista vio un oso perezoso. Fue la primera vez que vi uno en Costa Rica, y con esto mi viaje a Manuel Antonio fue completo. Nos regresamos al hotel y nos acostamos inmediatamente porque tuvimos que despertarnos temprano para viajar a San José. Con eso, nuestro viaje a Manuel Antonio llega a su fin.
One of the most authentic things to do in Costa Rica: join the locals in watching a game of fútbol. The Saprissa fan section did not stop singing during the entire 90 minute match.
On Sunday, however, I decided to add one more thing to my loaded schedule. Jack and I decided to go to a Costa Rican Premier League soccer game in Desamparados. After getting back to San Jose, we ate lunch at our respective homestays and took an Uber to Estadio Jorge “Cuty” Monge. The game overall was very one sided, as the visiting Saprissa squad dominated the home University of Costa Rica team four goals to none. The atmosphere, however, was lively from beginning to end, and I hope to catch one more soccer game in Costa Rica before my time here comes to an end.
This past week didn’t have much happen, unless I lost my memory from how incredible it was. My weekend began with working on an essay for Spanish, and when I do any kind of assignment, I always do it while laying on a bed. Of course, I move around from laying to sitting with time, and get up sometimes. I spent all of Friday trying to finish, but I had been under the wrong impression the whole time, and was trying to finish it according to the rubric of a different assignment. However, it was only on Sunday that I learned this awful truth. So, I didn’t leave the room for anything but a delicious lunch and dinner, and decided to draw the Chihuahua of my host family when it was late enough for me to get sick of working. Saturday was just as uneventful, except that the subject I was working on was math. But, on Sunday, something nicer happened and finally dragged me out of my room. The host family was away, which isn’t something I would celebrate, but it forced me to go find lunch somewhere else, and so Yuhao and I decided to try walking to a restaurant. I was motivated by ice cream for dessert, naturally. But then afterwards, Yuhao was going to a study group to help out, and suggested I come along too. I was going to study that day anyway, but since studying together with others was a new experience for me, I decided I couldn’t miss it. It wasn’t everything I had hoped for, but I can finally say I did it, and I was a lot less distracted than usual.
This weekend, a group of friends and I went to the adventure park in San Jose. The admission was only 7 dollars per person because we went on a friday and it was buy one get one free for tickets. A few of our favorite rides were the boomerang, the drop zone, and a child ride that I forgot the name of. It was a great adventure park for how much the admission cost.
On Saturday, we went to a fruit market in Grandilla. I have never been so happy in my life. There were fruits everywhere and for so cheap. I bought 3 pounds of passion fruit and had 2 coconuts while I was there. The coconuts were only 50 cents for one. I almost died when the vendor revealed the price to me. My main purpose to go to the fruit market was to buy mangosteen, however we arrived too late and the only vendor and sold mangosteen had sold out. Hopefully, I will be able to go again before I leave Costa Rica.
