“Lento Lento Lento Lento
Suave
Suave Suave Suave Suave
Lentico …”
Lento.
Las últimas palabras de Mario Puglia’s canción Eucalipto. Este palabras están en mi cabeza mientras me preparo para reunirme con mis amigos en la terraza afuera. Me dirijo a la mesa con esta canción, me recuerda la vida que dejé atrás y de lo que me ha enseñado España. Por un lado, hay una vida donde siento que siempre estoy corriendo. Por el otro lado, hay una nueva vida que es más tranquila y siento como estoy en el momento. Lo puedo ver cuando miro la forma en que la gente se viste y lo veo especialmente en la forma en que se prepara la comida. Hay un aprecio por tomar las cosas con calma aquí en Madrid.
Suave.
Por supuesto, las bebidas se piden primero y entonces pedimos una jarra de sangría. La sangría, una mezcla muy deliciosa de vino, trozos de fruta, gaseosa, algún licor y azúcar, es un poco turístico pero todavía elegimos sobre la cerveza que es más común. Próximo, la comida. Patatas Bravas, tortillas españolas, croquetas, etc. la lista nunca termina. Cada plato es más rico que el plato anterior. Además, la comida es suave en tu estómago y no haces un colchón con las tapas. Puedes probar todo con gusto. Pero la noche no termina con comida. Terminó con conversaciones, bromas y nuevos recuerdos.
“Lentamente
Das un paso
Pero luego
Te arrepientes
Vas tan rápido
Que olvidas
El presente”
La comida es lo que nos une, pero son estos momentos lentos y suaves los que nos mantienen unidos. Como dicen este palabras, cuando estoy en Madrid no quiero ir tan rápido. Quiero estar en cada momento presente.
Imagen 1: Esta foto es la comida nos pedimos y la describí en este blog.
Imagen 2: Esta foto es una Sprite, Sangría Blanca, Sangría, y Tinto de Verano que tiene un bonito patrón cuando se alinea.
Imagen 3: Esta foto es sobre de un plato (Empanadas: una de carne de res y una de queso; ¡Un Mango También!) que comí cuando estuve en mi casa. Sabía que hable sobre de comiendo afuera, pero la idea es muy similar en las casa. Con mi madre de Madrid y sus hijas, compartimos historias a la mesa y hablamos por mucho tiempo.
Un abrazo,
Ezra