A causa de su naturaleza grupal, fútbol profesional no ha sufrido de los escándalos del dopaje, especialmente cuando se compáralo a deportes individuos de ciclismo y atletismo. Por ejemplo, el caso más recién del uso de drogas que aumenta el rendimiento fue en 1994 con Diego Maradona. Además, oficiales de FIFA declararon que ningun jugador del Mundial de 2014 tenía resueltos positivos de análisis de sustancias. En todos modos, sin embargo, no es claro si estos datos son a causa de una falta verdadera del dopaje o solo metodologías deliberadamente desarregladas de la organización gobernante de fútbol global.
Según un articulo del New York Times por Juliet Macur, las dudas de los reclamaciones de FIFA son legítimas. En Brasil, los laboratorios contra dopaje perdieron su certificación de la Agencia Anti-Dopaje Mundial, entonces las muestras fueron transportados a Europa para análisis de la organización desde Brasil. Además, según Macur, el “pasaporte biológico”, usado para asegurar la identidad de cada jugador y mejorar el análisis de su sangre o orina, no es una innovación recién; en realidad los oficiales de otros deportes empezaron a usar este método hace seis años, en 2008. En fin, parece que FIFA hace un esfuerzo a mantener su sistema de vigilancia anticuada e imprecisa.
A pesar de sus esfuerzos a mejorar el estado de vigilancia, el argumento más repetido sobre el uso de drogas que aumenta el rendimiento es que los riesgos de dopar exceden los beneficios en el nivel internacional que FIFA regula. En realidad, por el contrario, el opuesto es la verdad a causa de la probabilidad demasiada pequeña de estar pillado. De ahí no debe causar una sorpresa que un médico español, Eufemenio Fuentes, fue acusado en 2006 de colaborar con jugadores y médicos oficiales de clubes de fútbol a dopar “miembros de primera y segunda división”. Para añadir, contratos dependen en el rendimiento de jugadores y se valoran en los millones des euros por año, entonces es lógico que una atleta de aprietos tendría la tentación de usar estas drogas.
Prevenir el dopaje parece imposible y contrario al lógico – atletas mejores traducen a audiencias más grandes y emocionadas, ¿no? – pero según dos profesores de Harvard esto no es el caso. Sus investigaciones indican que el dopaje no gana beneficios al nivel individual ni colectivo al lo largo, entonces es critico a prevenirlo. Por eso, ellos recomiendan, políticas fuertes y respetadas son necesarios a prevenir el dopaje y la perdida de interés publico que puede causar, un consejo que los oficiales de FIFA deben considerar cuando reconsideran sus regulaciones.
